Un pícaro en busca DE EL DORADO
Juanjo Guanido y Alain Ayroles se embarcan en la empresa más ambiciosa del cómic de los últimos años, ‘El Buscón en las Indias’, la segunda parte de las aventuras del célebre sinvergüenza que Quevedo proyectó, pero nunca llegó a escribir.
Pablos –sí, el don Pablos de El Buscón de Quevedo–, natural de Segovia, resulta ser un rufián que un buen día se embarcó rumbo a las Indias en busca de una vida mejor que aquella, llena de precariedad y de humillaciones, que dejaba atrás. Sin embargo, como él mismo sentencia, “la vida del villano es como yegua penca. Uno cree tenerla por las riendas, pero la muy empicada se acula”.
A través de sus recuerdos y divagaciones, va revelando el accidentado modo en que puso sus pies por primera vez en tierras de América, sus primeros y difíciles contactos con la población local, su primer encuentro con los españoles que se iban abriendo paso, a sangre y fuego, por los vastos territorios de la Nueva España…
Con un despliegue de recursos fuera de lo común en el mundo de la viñeta, Juanjo Guarnido –premio Nacional de Cómic con Blacksad– y Alain Ayroles – De capa y colmillos, D. Diario de un no muerto– se atreven a culminar, cuatro siglos después, aquella segunda parte de El Buscón que Francisco de Quevedo proyectó, pero nunca llegó a escribir.
Muchas veces se nos ha contado la terrible y fascinante época de la América colonial desde arriba, desde la épica y los grandes nombres escritos en grandes caracteres en los libros de Historia; El Buscón en las Indias nos invita, en cambio, a verla desde abajo, desde la óptica de los parias, los menesterosos y los buscavidas. Ello hace de esta novela gráfica no solo una vertiginosa sucesión de aventuras, unas desopilantes y otras estremecedoras, sino también un emocionante relato de fondo social, un grito contra la injusticia y en favor de la libertad.
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